La tierra del olvido

Esta no es un blog personal, sino uno donde cuelgo trabajos periodísticos y de opinión. Pero quiero hacer una salvedad.



Paseé #tres días en Iquitos, conocí algunos lugares aunque siento que de todas maneras el tiempo me quedó corto. Siempre que he llegado a una ciudad, el modo de transporte que esta tiene me ha llamado la atención. No es la primera vez que viajo a la selva así que ya sabía que las motos son la preferencia de la zona, imagino que porque son más fáciles de manejar en el barro y porque pocas personas aguantarían ir dentro de carros con el calor del ambiente.

Iquitos me presentó algo que no había conocido antes: los buses sin ventas. Son prácticamente armados teniendo como base el chasís de un camión o una furgoneta, pero hacen las veces de combis. La dinámica que se establece dentro es memorable, porque la gente no se queda pegada en la puerta, la gente avanza hasta el fondo y eso que los buses solo tienen una puerta. Los cobradores hacen las veces de organizadores de asientos y -por lo menos el del bus al que subimos- hacen que las mujeres con niños tengan asiento preferente, aunque se encuentre en el fondo. Eso sí, muchas de las ciudades de la selva me parece que aún tienen enraizada la cultura machista y a una mujer con niño en brazos, así como pueden cederle el asiento, también pueden empujarla para ganarle la subida al vehículo.

Iquitos, con sus buses, sus motos, sus botes y el avión que te lleva y te trae te hace viajar de cualquier manera, cada una con una dinámica diferente a la anterior. Tus conocimientos sobre tráfico no tienen sentido acá. Tienen sus propias normas, sus propias reglas y sus propios paradigmas. En transporte, si vienes de fuera, es también la tierra del olvido.

Acá un pequeño aporte:





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